Cuando dos objetos sólidos se frotan/rozan entre sí, hay una considerable resistencia al movimiento, sin importar lo cuidadosamente que las superficies se hayan maquinado y pulido.
La resistencia se debe a la acción abrasiva de las aristas y salientes microscópicos, la energía necesaria para superar esta fricción se disipa en forma de calor o como desgaste de las partes móviles. La aplicación de un lubricante disminuirá y facilitara el movimiento entre ellos.